La acumulación creciente de datos, así como de regulaciones vinculadas a su uso, exigen a las organizaciones contar con un marco sólido de gobernanza, para asegurar su fiabilidad y consistencia, y aprovechar al máximo el inmenso valor que ofrece una gestión eficaz.
Autor: Raúl Plata, CFO y experto en Data Governance de ARKHO
Redes sociales, teléfonos móviles, plataformas web, motores de búsqueda, internet de las cosas, comercio electrónico… En la era de la virtualidad, se genera una cantidad cuasi infinita de datos que son oro en polvo para quienes sepan sacarles provecho. Desde nuestra experiencia, menos del 25% de los datos son aprovechados en iniciativas de analítica de datos.
La transformación digital de las organizaciones -privadas y públicas- aceleró la generación de datos y, a la vez, impulsó la necesidad de “gobernarlos”. Porque de nada sirve acumularlos por doquier si no se cuenta con las herramientas y procesos necesarios para discriminarlos, explotarlos, analizarlos, cuidarlos y garantizar su validez. Esto, sumado al hecho que los datos se encuentran cada vez más distribuidos, generalmente en plataformas heterogéneas y con múltiples tecnologías, que no necesariamente convergen, genera grandes desafíos en la integración y disponibilidad de la información.
Podríamos decir que los datos, en sí mismos, tienen un valor potencial, que solo podrá ser explotado si se cuenta con las personas, procedimientos y herramientas adecuadas para hacer uso de ellos, de manera eficiente. Así, se convertirán en activos valiosos, materia prima indispensable para una toma de decisiones acertada y la puerta de acceso a iniciativas eficaces y negocios exitosos, abriendo además un espacio que habilita la innovación y expansión de mercado.
Hoy en día, las organizaciones están pensando en cómo sacar mayor provecho y monetizar sus datos, el beneficio ya no es solamente interno, sino que se conecta con una red de consumo que se retroalimenta constantemente.
Un mapa de ruta indispensable
Entonces, ¿qué es la gobernanza de datos? Si bien existen distintas definiciones, podríamos decir que es un conjunto de principios, estándares y prácticas, que se aplica en todo el ciclo de vida de los datos y asegura que estos tengan la consistencia para maximizar su valor, habilitando la generación de información que se obtiene a partir de ellos.
Por su parte, la gestión de datos es la ejecución, desarrollo y supervisión de los planes, políticas, programas y prácticas que entregan control, protección y aumentan el valor de los activos de datos e información a lo largo de su ciclo de vida. Si realizamos una analogía, podemos pensar que la gobernanza son los planos de una casa, y la gestión de datos es su construcción y materialización, con la diferencia de que la casa siempre estará en continua mejora. La gestión de datos en las organizaciones debe ser un programa y no un proyecto temporal.
El gobierno o gobernanza es el mapa de ruta, el marco que orienta a las personas y áreas de la organización respecto a los datos, como activo estratégico, y la gestión de datos, habilita la ejecución y asegura que las políticas y procesos se cumplan para toda la organización, definiendo quiénes son responsables y quiénes podrán acceder a cada tipo de dato.
No existe un modelo universal útil para todas las organizaciones, sino que deberá adecuarse a las características de cada una de ellas y evolucionará a lo largo del tiempo. Por último, el gobierno, además, deberá contemplar el contexto regulatorio fijado por distintos organismos (nacionales e internacionales), así como todas las etapas del ciclo de vida de los datos, desde su recopilación y almacenamiento, hasta su procesamiento e incluso eliminación.
Además de ahorros, mejora de la estrategia
En cualquier organización, sea pública o privada, las crecientes regulaciones y exigencias en términos de seguridad y privacidad de los datos exigen un modelo de gobernanza efectivo, para evitar problemas legales y sus consecuentes sanciones económicas y de reputación. A la vez, un modelo de gobernanza garantizará la disponibilidad, calidad, confiabilidad y seguridad de los datos disponibles, lo cual redundará en una toma de decisiones más acertada y, por ende, en mejores negocios más eficientes.
Existe un mito en la implementación de un programa de gobierno de datos, y es precisamente que solo lo necesitan organizaciones de sectores económicos con mayor regulación, como el financiero. Sin embargo, desde nuestra perspectiva no debe ser motivado por el entorno, sino para darle un valor de activo estratégico y a la urgencia por convertirse en organizaciones basadas en datos. La necesidad de contar con un adecuado modelo de gobierno de datos crece desde el fuerte liderazgo de las personas y desde la necesidad imperativa de generar valor.
Ahora bien, estamos inmersos en entornos dinámicos y de alta incertidumbre, que además “sufren” del crecimiento exponencial del volumen de los datos, que vuelve imprescindible la tecnología de vanguardia para sacar mayor provecho, así como el uso de la inteligencia artificial para la predicción, automatización y optimización.
Uno de los resultados más relevantes de la gestión de datos es la calidad de los datos, área de conocimiento indispensable para lograr buenos resultados y determinar puntos de mejora en la cadena de valor. Considerando que a partir de datos erróneos se puede conducir a desastres financieros, queda claro que el data governance no debería ser considerado un costo. Por el contrario, será la solución que permitirá a las organizaciones ahorrarse cuantiosos problemas y mucho dinero: se calcula que las compañías pierden entre un 10% y 30% de sus ganancias debido a la mala calidad de los datos, y gastan entre US$1 a US$10 por unidad de información para corregir esos errores.
El momento es ahora
Los líderes de las organizaciones están llamados a actuar, así como lo plantea Data Leaders, una coalición internacional de múltiples industrias, que desde 2016 insta a un cambio urgente, ya que las organizaciones están lejos de ser entidades que tomen decisiones estratégicas de sus datos.
Para las organizaciones de hoy en día, es un imperativo avanzar en esquemas adecuados de gobierno de datos, ya sea para evitar los daños y pérdidas que implica carecer de ellos, como para aprovechar sus beneficios, entre otros:
Garantizar la disponibilidad y calidad de los datos; lograr un uso eficaz y maximizar el valor que estos aportan a la organización y a los negocios.
Mejorar la toma de decisiones y la velocidad de respuesta.
Sumar eficiencia a los procesos, generar ahorro de costos y evitar pérdidas por tomas de decisiones erradas.
Asegurar el cumplimiento de los requerimientos legales y estándares establecidos; controlar y anticiparse a los riesgos.
Establecer una estructura organizacional que ayude a entender la importancia y uso de los datos.
Generar un ambiente de innovación en torno a los datos, que fomente tanto el consumo como la construcción de soluciones de nueva generación.
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